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Music lyrics: ERICA SHINE When will it end? (creative commons license)

«Free me from the darkness, so I can be myself again, can I learn to turn the page on this chapter so love will come again?»

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f


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tenemos derecho

a una vida

sin violencia

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(Imagen:www.nodo50.org)

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(Imagen:www.porlosbuenostratos.org)

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NO MÁS GRITOS SILENCIOSOS. Sí más gritos sonoros, no de lágrimas y golpes, sino de un instituto que dice «¡BASTA!», que comienza a despertar, a comprometerse.

Dejad de trabajar, de correr, de estudiar, del estrés cotidiano y respirad, sentid por un momento, escuchad el grito de los que sufren. Tomad conciencia, no tengáis prisa, no tengáis miedo de SENTIR para ser más humanos.

La primera y gran ayuda es el rechazo hacia un comportamiento brutal e insensible. Es el instituto el que tiene que transmitir que no existe ningún tipo de justificación para el maltrato. Aquí sí que la intolerancia tiene que ser máxima. Si el maltratador llega a sentir el rechazo público, hay esperanza, pues habrá tomado conciencia de que no ha actuado bien, de que así no se trata a la persona que supuestamente se ama, de que así nunca sentirán el amor y de que nunca formarán parte de nuestra comunidad educativa.

Os animamos, desde aquí, a levantar la voz. ¡BASTA! No cerremos los ojos. No nos tapemos los oídos. (Descárgate el manifiesto completo)

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Descárgate aquí la Guía no sexista. Están las actividades del aula.

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Esto nos dicen alumnos y alumnas de 4ºESO:

Raquel Mendizábal y Elena Lacámara:

Que nunca nadie tenga que pasar más por esto y que a estas situaciones se les ponga solución y terminen con un final feliz. Habla, acaricia, ama… siempre en contra de la violencia.

¿Para qué? si se puede hablar.

¿Para qué? si me puedes acariciar.

¿Por qué? si tanto me amas.

¿Qué te he hecho? Sólo quererte.

¿No piensas? Mira los niños, dan pena.

¿Qué puedo hacer? Me tienes amarrada sin poder moverme.

¿Cuál es mi solución? Matarte.

¿Puedo? No soy como tú, no soy como tú…

Para, los niños nos escuchan…

No grites, los estás asustando…

No más, duele…

¡NO PUEDO MÁS!

Cojo un cuchillo

te lo clavo en el pecho

te he matado

soy una asesina, soy como tú, soy como tú…

La culpable, ahora, yo, no debería ser así, por tu culpa, por tu culpa…

¡NO!

Fue mi culpa por no alzar la voz a tiempo…

Ahora solo te pego muerto, sin poder parar por rencor de tanto dolor durante estos años.

Lo siento, niños, fui yo, pero no os preocupéis ahora se llevan a mami a un lugar para perdonarme en que salga os buscaré y volveremos o empezaremos a ser una familia feliz, os amo.

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Sara Mohamed-Saïf y Elena Varea quieren que esto nunca se repita:

SOY MALTRATADA

Cuando tenía veinte años tuve un novio, mi actual marido. Siempre me buscaba, salíamos, era muy cariñoso, nunca hacía que me faltase nada, yo le quería mucho, muchísimo a pesar de que su madre no me trataba bien. Un día me pidió matrimonio y yo acepté.

Debido a las circunstancias tuve que vivir con su madre mientras él trabajaba en otro país para poder comprar una casa. Estuve dos años en casa de su madre: lo pasé muy mal, me trataba fatal, me hizo dejar de trabajar para quedarme a servirla y cuando llamaba mi marido este siempre le daba la razón a su madre. Incluso me hacía irme de casa en la madrugada por mentiras de su madre y, como no tenía dónde ir, volvía a casa de mi madre, hasta que pasaban unos días y tenía que regresar con la madre de mi marido.

Me alegré muchísimo cuando mi marido dijo que al fin podía viajar y podía ir a vivir con él. Los primeros días estaba muy ilusionada, conocí a mucha gente, tenía todo lo que quería… hasta que ví que su conducta hacia mí cambiaba: era un completo machista. No me pegaba, pero dejaba todo el peso de la casa sobre mí y siempre que le decía «no puedo hacer eso» me contestaba que yo estaba para servirle. Yo me callaba, ya que al final era mi marido.

Siempre que le contaba a mi amiga cómo mi marido era conmigo me contestaba que tenía un marido machista. Tanto tiempo callada ahora tengo la cara y el cuerpo llenos de moratones. Cuando me pegaba decía que era por la tensión del trabajo o por culpa de su madre.

Ahora me da igual que tenga tensión o no porque lo estoy pasando verdaderamente mal.

Os escribo a todas las mujeres maltratadas. Os aconsejo que al primer maltrato debéis pararle los pies, no digáis que sólo es por tensión porque nosotras también sufrimos igual que ellos y la violencia no es justificable.

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Brando Pérez, Pablo del Pozo, Elena Montoya y Ana Soldevilla nos recuerdan:

DE TAL PALO, TAL ASTILLA,

NO PERMITAS QUE SUCEDA.

A la hora de cenar María se sentó en la mesa frente a su muñeca:

-No haces nada en todo el día, llego a casa muy cansado de trabajar y me encuentro la cena sin hacer -dijo María.

– … -La muñeca no contesta.

-Sólo me encuentro esta porquería-. Y diciendo esto María le tiró el plato por encima a su muñeca.

– … -La muñeca no reacciona.

María coge a la muñeca del cuello y la tira al suelo, pegándole mientras le insulta.

-Eres una guarra, siempre con vestidos cortos provocando a otros hombres.

– … –

-No sirves para nada-. Continúa María

De repente entra la madre en la habitación y le pregunta:

-María, ¿a qué juegas?

-A papás y a mamás-, contestó María.

Suena el timbre.

-María, corre, ayúdame, que ya ha llegado papá.

María sale de la habitación, fijándose en el moratón del ojo de su madre y su cara de terror.

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Te recordamos: NO TE QUEDES CALLADA. Teléfono: 016

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Rebeca Pascual, Clara Domínguez, Andrea Fernández y Marta Pascual te dicen:

En cuanto notes algún grito o un simple indicio de maltrato no hay que quedarse callada. Tienes que contárselo a alguien, y hacerte más fuerte para que él no note que le tienes miedo y tú puedas defenderte. Cuéntaselo a alguien de confianza y si va a más siempre te va a quedar la opción de poder denunciarle.

No dejes que el miedo pueda contigo porque ellos son más fuertes pero no más listos.

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Zoe Basagoiti añade:

En esta sociedad lamentablemente persiste el maltrato hacia la mujer, esto se debe a la falta de respeto en la relación.

En una relación si hay maltrato de cualquier tipo lo mejor es cuanto antes dejar la relación o denunciarlo. No debes sentirte sola porque seguro que hay mucha gente que estamos contigo.

Esta sociedad parece que no avanza mucho con los derechos de la mujer, porque siempre se le da más importancia al hombre, como podemos ver en los anuncios de la tele todavía muchos de ellos machistas.

Lamentablemente hay muchas mujeres maltratadas y que han sido brutalmente asesinadas por sus maridos. ¡Paremos este hecho vergonzoso!

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Maite Fernández también opina contra la violencia de género:

«Malo, malo, malo eres no se daña a quien se quiere, no,

tonto, tonto eres no te pienses mejor que las mujeres…»

Canción de Bebe, Malo.

«Haciéndome sentir más inferior que diferente, mutilaste mi cuerpo justo a la vez que mi mente…

Ajena a mí misma, ajena al sufrimiento y llegando a sentir asco de mi propio sexo…»

Canción de Habeas Corpus, Nacida para ser de un salvaje.

No puedes dejar que por miedo o vergüenza te siga maltratando. Si te enfrentas a ello es más fácil que todo termine, aunque cuando denuncias y crees que todo acaba te enfrentas a que el mundo te mire y hable cuando vas por la calle, a que lo que llamamos justicia no sea justo, a tener miedo a salir a la calle… porque lo más seguro es que sólo te pongan una orden de alejamiento ¿y si la incumple? te preguntarás, ¿y si al incumplirla tú ya no puedes volver a denunciar porque te ha dejado sin vida? Pero no sigas por estos razonamientos, rebélate y enfréntate, busca tu vida que tienes derecho a ella.

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Este es la frase de Edurne:

No te dejes maltratar, déjate respetar. Antes de que te maltrate pide ayuda, tan sólo cuando te levante la voz, porque luego será demasiado tarde. VIOLENCIA DE GÉNERO NO ¡HAZTE RESPETAR!

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Y la reflexión de Marta Sancerni y Cristina Bermejo:

En esta sociedad se han perdido muchos valores fundamentales pero, afortunadamente, uno de ellos, quizá el más importante, se puede recuperar: la dignidad, algo que todas las mujeres maltratadas han perdido. Con ayuda de toda la sociedad, todas esas mujeres volverán a ser personas, condición que perdieron cuando empezaron a sufrir.

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amnistia